Para los que llevamos un poco más de tiempo viendo cómo se da este boom digital (por no decir que estamos viejos), ser “influencer” era un empleo que jamás imaginamos que existiera, pero es una realidad, existe y en el mundo de la publicidad trabajar con influencers es, hoy por hoy, una herramienta que puede ayudar ( o perjudicar si no se hace bien) a una estrategia publicitaria.

¿Qué significa ser influencer? No sólo se trata tan solo de saber cómo influir en las personas, un verdadero influencer tiene que representar una marca propia, crear contenidos constantemente y gestionar sus ingresos como un profesional del entretenimiento.
No basta con subir videos para ser influencer y ganar dinero en Youtube, o cualquier red social (hoy en día Tik tok es la red más influyente en los jóvenes), la estrategia detrás de sus publicaciones y el contenido que realiza es fundamental, para poder comercializar la personalidad y vincularla con una marca, como lo que vimos en nuestro blog cuando hablamos de patrocinios.

El influencer marketing se puede definir como el canje entre una empresa y una persona que publica contenido en sus perfiles de redes sociales (fotos, video, texto) y que posee un número considerable de gente que lo sigue. Generalmente no hay un pago económico de por medio, sino hospedajes, comidas, productos en especie por los cuales el influencer no pagará, pero los promoverá ante su público.

En cuanto a la selección, las empresas PyMES o no, tienen que ser muy precisos, todo generador de contenido es analizado. Revisar con detalle las audiencias de cada influencer: qué tipo de contenido publican, cuántas redes sociales alimentan, qué engagement tienen con su comunidad. Por ejemplo, si su contenido es sólo para adultos, las marcas enfocadas a familias, quedan descartados. Más allá del número de seguidores de cada uno, se analiza otras cosas, inclusive en qué países o regiones tienen más fans.

Dentro del análisis, se tienen que usar varias herramientas online que también nos ayudan a corroborar si los seguidores de cada influencer son reales o son bots comprados en “granjas” (por ejemplo, si algunos seguidores tienen nombres de la India o Rusia, pues son los países con más granjas).
Es posible afirmar que hay tres tipos de influencers:
Celebridades. Cantantes, actores, deportistas que por su misma actividad laboral son seguidos por muchas personas, en México destaca el caso del exfutbolista Luis Hernández o la cantante Elan, que se hizo más conocida por sus videos de crítica que por su música.
Socialités. Famosos, que provienen de familias ricas, como Paris Hilton, o las Kardashians.
Generadores de contenido. Aquellas personas que se dieron a conocer en internet, creando contenido que no vemos en los medios masivos de comunicación. Son los más completos, porque tienen diferentes plataformas y se preocupan por lo que suben a sus redes sociales.
El caso de Luisito Comunica o Yuya, en México son los más notables, pues sus personalidades llegan a masas y por lo general, sus reacciones son positivas.

Al contrario con el comediante Chumel Torres, el cual posee un número inmenso de seguidores, pero también de haters ( gente que lo odia), provoca que una campaña con él, sea como echar una moneda al aire. Hace poco Rappi sufrió un “revés” al utilizar al influencer para su publicidad, como ya había pasado con KIA Motors. Sin embargo, cabe señalar que el repudio también fue usado a su favor, pues en KIA, el video de Chumel fue el más visto de la historia, y Rappi está entre las 4 apps más descargadas de Playstore. Así que aquí puede aplicarse la frase de “no hay mala publicidad”.
Dentro del mundo de influencers, existen los microinfluencers, cuya repercusión es local y menos masiva, pero igualmente importante y la ventaja que tienen es que, si se dirigen bien, pueden lograr cosas muy interesantes como el caso de Tona de Rubin con Instax, Alexia Hoo, Legna Hernández entre otros.

Una cosa es importante: el influencer debe estar alineado al target de la marca y recuerda:
“El mejor influencer será aquel que la marca lo busca, no aquellos que se acercan a la marca.”
Las ventajas del marketing con influencers
- Se consiguen amplificar los mensajes positivos de nuestra marca o empresa.
- Se genera mucha conversación en la red sobre nuestros productos o servicios.
- Se aumenta el tráfico hacia nuestra web o la landing page de nuestra campaña.
- Los influencers son muy seguidos por un target de público con una gran capacidad de compra y muy consumistas: la generación millennial.
- Si se diseña bien, una campaña con influencers no tiene por qué ser muy cara, incluso verse natural, y puede lograrse un satisfactorio y rentable retorno de la inversión.
- La marca gana reputación y prestigio.

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